miércoles, 17 de junio de 2009

Fin del primer semestre de estudio

Como comentara en un artículo anterior, el primer semestre de estudios acabó con una “clase abierta”, “muestra” o “función” que duró tres días.  Aquí adjunto el programa de mano que se repartiera en dichas funciones. Para mí, esta experiencia ha sido fundamental para redondear el aprendizaje del primer semestre. Realmente es el público quien completa una obra de teatro.  Finalmente, si pudiera sacar una sola oración de todo lo aprendido, me quedaría con la imperiosa necesidad de “realmente entender el texto que se está diciendo”.

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sábado, 6 de junio de 2009

Ya “estrenamos”

Ayer 5 de junio de 2009 a las 8 p.m. se inició la mini temporada que clausura el primer módulo de estudios. ¿La obra? Dos partes: la primera muestra el trabajo de cuerpo y voz a través de unos ejercicios e improvisaciones. La segunda parte es una parte de “El Juglarón” de León Felipe, y una escena de “Julio César” de W. Shakespeare. A mí me tocó ser “uno de los Marco Antonio”.  Ya se los contaré.

Los dejo con el texto de mi monólogo en la obra. Es Marco Antonio reaccionando ante César muerto, luego de que Bruto insta al pueblo a escuchar “la apología de sus glorias” en boca de Antonio que tiene otros planes en mente…

¡Amigos romanos, compatriotas, prestadme atención! ¡Vengo a inhumar a César, no a ensalzarle! ¡El mal que hacen los hombres perdura sobre su memoria! ¡Frecuentemente el bien queda sepultado con sus huesos! ¡Sea así con César! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta grave, y gravemente la ha pagado. Con la venia de Bruto y los demás, pues Bruto es un hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos honrados, vengo a hablar en el funeral de César. Era mi amigo, para mí leal y sincero; pero Bruto dice que era ambicioso. Y Bruto es un hombre honrado. Infinitos cautivos trajo a Roma, cuyos rescates llenaron el tesoro público. ¿Parecía esto ambición en César? Siempre que los pobres dejaban oír su voz lastimera, César lloraba. ¡La ambición debería ser una sustancia más dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Todos visteis que en las Lupercales le presenté tres veces una corona real, y la rechazó tres veces. ¿Era esto ambición? No obstante, Bruto dice que era un hombre ambicioso, y, ciertamente, es un hombre honrado. ¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló! ¡Pero estoy aquí para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez, y no sin causa. ¿Qué razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto? ¡Oh raciocinio! Has ido a buscar asilo en los irracionales, pues los hombres han perdido la razón… ¡Perdonadme un momento! ¡Mi corazón está ahí, en ese féretro, con César…