Interesante clase con Jose la de ayer jueves. Además de la usual rigurosidad exigida hacia nosotros con sus secuencias al compás de música tipo “Let’s Spend the Night Together” versión bossa, revisamos estructuras de apoyo en las que puntos específicos del cuerpo del compañero eran tomados para entregarle parte –o todo- el peso propio.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención, fue la parte dedicada al entendimiento del espacio polisémico. Lejos de quedarnos en una discusión del concepto fuimos a la práctica llenando el espacio de significado. Encontramos muchas formas de hacerlo, dividiéndolo a nuestro antojo. Al final nos quedamos con una particular y convenimos un tipo de significado asociado al tercio más alejado del espacio (al que asociamos el color azul), otro al intermedio (rojo) y uno al más próximo (amarillo). Partiendo de la convención, y rompiéndola, los ejercicios fluyeron y el concepto de la polisemia del espacio quedó entendido.
Parafraseando a Vallejo, hay hermanos, muchísimo por aprender.
P.D. Escribo esta publicación escuchando la música de la clase, y mi cuerpo no hace sino recordar los movimientos, secuencias, y sentirse un poco más libre. ¿Seré “víctima” del condicionamiento operante?
Seguro que sí ;)
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